Nacha Delpiano: “La colaboración con otros sectores y la diversificación de las fuentes de financiación son claves para asegurar la sostenibilidad económica de las propuestas culturales”.
La directora de Brava Arts, el proyecto ganador del Premio IMPULSA CULTURA 2024, tiene claro cuáles son los factores que diferencian la iniciativa que dirige respecto de otras propuestas similares: la ubicación, los servicios que ofrece y el equipo. Brava Artes, proyecto que tiene la sede en una antigua fábrica de 3.000 metros cuadrados de la Bisbal de Empordà, tiene el objetivo de “facilitar la creación de los nuevos formatos artísticos y dar visibilidad al talento local, reforzando la Costa Brava como hub natural de creatividad”. Cuando preguntamos a Delpiano qué repercusión ha tenido para Brava Artes recibir el Premio IMPULSA CULTURA que concede nuestra fundación, asegura que más allá de reforzar la credibilidad del proyecto en el sector cultural, el galardón los ha “abierto nuevas puertas de colaboración con otras entidades e instituciones”. En esta conversación hablamos sobre los orígenes, la esencia y los planes del futuro más inmediato de Brava Arts -entre los cuales está el estreno de un espectáculo en México-, la viabilidad de las propuestas culturales o de cómo surgió el nombre del proyecto, fruto de una anécdota con vínculos con Corea.
–¿Qué repercusión ha tenido para Brava Arts ganar el premio IMPULSA CULTURA 2024?
-Ganar el Premio IMPULSA CULTURA 2024 ha sido un reconocimiento que no solo nos ha permitido reforzar nuestra credibilidad dentro del sector cultural, sino que también ha abierto nuevas puertas de colaboración con otras entidades e instituciones. También quiero destacar la visibilidad en prensa que ha implicado y la acogida de la comunidad empresarial. En el ámbito económico el premio nos ayudará a equipar el plató que queremos hacer en esta fase 2 del proyecto que inauguramos en el 2025.
-¿Cómo vivisteis “La Nit de l’Empresa i la Cultura”?
-Fue una noche muy especial para todo el equipo. Había mucha gente detrás de la presentación, desde el ceramista Sampere que nos hizo la chimenea, el Marc Molinos con los videos, hasta Quim Llorens con sus arduinos. Muchas gracias a todos. No niego que había un poco de nervios, puesto que estamos acostumbrados al backstage y no ante el público. Aun así, fue una experiencia totalmente nueva y necesaria para aprender a hacer un pitch de nuestro proyecto. Compartir espacio con tantas empresas e iniciativas culturales destacadas nos reafirmó en el valor de lo que estamos construyendo.
-¿Cuáles son los ámbitos en los que más os ha ayudado vuestro paso por el Programa IMPULSA CULTURA?
-El Programa nos ha ayudado sobre todo a estructurar mejor las áreas de crecimiento del proyecto, a definir las líneas estratégicas de futuro y a establecer contactos valiosos que nos ayudarán a llevar a cabo nuestra misión. También hemos aprendido mucho sobre la importancia del desarrollo sostenible de las iniciativas culturales, así como sobre la captación de recursos y la generación de impacto positivo en la comunidad. Salir del día a día y dedicar tiempo a pensar en el proyecto acompañados de profesionales, ya ha sido un premio por sí mismo.
-¿Cuáles fueron los orígenes del proyecto? y qué profesionales integran el equipo?
-Brava Arts nació con la voluntad de resolver los obstáculos no creativos que a menudo tienen los artistas como la logística, el asesoramiento o los contactos internacionales.
El proyecto surgió de nuestra trayectoria como productores especializados en nuevos formatos artísticos, combinado con un proyecto familiar fuera de Barcelona, que nos llevó de forma azarosa en la Bisbal. El equipo está formado por profesionales de la gestión cultural, la producción de espectáculos, la escenográfica y la comunicación.
-Para los lectores que no os conozcan, explícanos en qué consiste Brava Artes y cuál es su objetivo.
-Brava Arts es una fábrica de creación multidisciplinaria situada en los alrededores de la Costa Brava. Ofrecemos un servicio integral a la creación artística, con espacios para residencias, talleres, logística, coworking, estudio de grabación (próximamente) y mucho más. Nuestro objetivo es facilitar la creación de los nuevos formatos artísticos y dar visibilidad al talento local, reforzando la Costa Brava como hub natural de creatividad.
-¿De dónde proviene el nombre de Brava Arts?
-El nombre ‘Brava Arts’ proviene de una anécdota, mientras intentábamos explicar nuestra ubicación a un promotor cultural de Corea. Solo nos situó cuando mencionamos la Costa Brava. Esto nos hizo entender el alcance y la potencia del nombre. Brava! también es una exclamación habitual en el mundo de la ópera, y simboliza nuestra conexión con la Costa Brava, una zona reconocida por su belleza y energía natural. Refleja nuestro carácter valiente y la voluntad de ser un punto de encuentro para el arte con una perspectiva internacional.
-¿Por qué escogisteis la antigua fábrica de Cerámicas Puigdemont de la Bisbal d’Empordà como sede del proyecto?
-Podríamos decir que la fábrica nos escogió a nosotros! Inicialmente, no estaba dentro de nuestros planes tener un espacio tan grande, pero sus posibilidades y su ubicación nos cautivaron. La Bisbal está llena de talento creativo. Además, tuvimos la suerte que su propietario, Ramón Romaguera, fuera una persona abierta, con un gran amor por la ciudad, y que viera en el proyecto las posibilidades de un impacto positivo para la comunidad. Y nos pusimos de acuerdo.
-¿Cuáles son los factores diferenciales de Brava Arts respecto a otras iniciativas similares?
-El lugar, el servicio y el equipo. Brava Artes destaca por su ubicación en la Costa Brava, lo que nos convierte en un hub de creatividad y descanso para los artistas, y en una herramienta para conectar el arte con las administraciones y las empresas privadas dando un servicio integral y llave en mano.
Nuestra perspectiva internacional y la posibilidad de crear sinergias con proyectos multidisciplinarios son aspectos que nos diferencian de otras iniciativas más especializadas.
-¿Cuál es el perfil de artistas que acogéis?
-Acogemos artistas locales interesados en explorar nuevos formatos y artistas internacionales que buscan introducirse en el mercado europeo. Estamos abiertos a creadores de varias disciplinas: escénicas, audiovisuales, digitales, plásticas, que compartan nuestra visión de innovación y experimentación artística.
-¿Cómo se financia Brava Arts? ¿Recibís recursos por vía del mecenazgo?
-Brava Arts se financia mediante los alquileres de sus espacios, los servicios prestados a los artistas, las producciones, la construcción de escenografías, la distribución, los acontecimientos propios y alguna subvención que pedimos por proyectos concretos que inciden en el territorio. Es decir, los ingresos están muy diversificados. Pero lo estamos haciendo a pulso. Lo que ganamos, lo invertimos.
Ramon Romaguera, ha sido nuestro mecenas. Él ha hecho la obra gorda de la rehabilitación del edificio, y nos ha apoyado en momentos especialmente difíciles como la granizada que sufrió la Bisbal el agosto del 2022, donde se hundieron casi todos los techos de las naves y tuvimos que empezar prácticamente de cero.
-¿Qué características crees que tiene que tener una propuesta cultural para ser viable económicamente y perdurar en el tiempo?
-Creo que una propuesta cultural tiene que ser relevante y conectar con el público o a quien dé un servicio, además de estar abierta a adaptarse a los cambios. La colaboración con otros sectores y la diversificación de las fuentes de financiación son claves para asegurar la sostenibilidad económica. También es fundamental generar sinergias y encontrar una propuesta de valor que aporte algo único en el panorama cultural.
-¿Nos puedes adelantar alguno de vuestros futuros proyectos?
-Tenemos varios proyectos en mente, entre ellos la expansión de nuestros servicios con 1000 m² que acogerán un estudio de sonido fantástico – a cargo de Emili y Jordi Bosch, dos talentos bisbalenses- un plató, una sala de ensayos y una residencia para pintores.
En la producción de nuevos formatos los más inmediatos son “Gershwin, the life in blue”, un proyecto que estrenamos en México en diciembre y que suma talentos internacionales como Alondra de la Parra, Robbie Fairchild o Thomas Enhco, con artistas locales como el estudio catalán Piedra Muda Lab. En diciembre acabaremos el piloto de una serie grabada en 360° para formato VR con el cineasta Yo Sol y actrices y actores jóvenes del Instituto del Teatro. También estamos trabajando en una colaboración con la artista Rosa Tharrats. Y por supuesto, en nuestro festival de nuevos formatos BRAVA ARTES WEEKEND del cual pronto tendréis noticias.